jueves, 16 de mayo de 2013

Cuando el dinero vale más que los goles

Lugo y Mirandés viven el mejor momento deportivo de su historia, pero las dificultades para reunir el capital social fijado para su conversión en Sociedades Anónimas Deportivas podrían hacerlos volver a la 2ªB.

Corría el verano de 2012 cuando Club Deportivo Lugo y Club Deportivo Mirandés conseguían su más ansiado objetivo: ascender a la categoría de plata del fútbol español.
Casi un año más tarde, ambos conjuntos parecen muy cerca de sellar su permanencia deportiva en la Segunda División, consiguiendo un hito histórico para dos ciudades de menos de 100.000 habitantes.
Curiosamente, eran sendos penaltis los que valían la promoción de ambos equipos: uno de Pablo Infante, en Palma de Mallorca; otro de Manu Rodríguez, en Cádiz. Curiosamente, también hay un motivo común para un posible descenso administrativo: el dinero.
Y es que desde principios de la década de los 90 del pasado siglo, todo club que milite en una categoría profesional (Primera o Segunda División) debe convertirse en Sociedad Anónima Deportiva (SAD).
Por entonces, el ejecutivo de Felipe González creyó que esa era la mejor forma de sanear la deuda del fútbol, que ya comenzaba a ser escandalosa, aunque ni se aproximaba a las cifras actuales. Era la Ley 10/1990, que excluía de la conversión a aquellos clubes que no hubiesen presentado pérdidas en los tres cursos anteriores (FC Barcelona, Real Madrid, Athletic de Bilbao y Atlético Osasuna).
Tampoco Lugo y Mirandés presentan deudas, pero llegaron demasiado tarde al fútbol profesional para ser incluidos en ese grupo.
 Y encima, las cosas han cambiado demasiado desde entonces. En aquella primera conversión, el capital social a reunir por ciudades de un tamaño similar a Lugo o Miranda, como Santiago de Compostela o Éibar, fue de 87 y 65,7 millones de pesetas (en torno a 520.000 y 395.000 euros), respectivamente.
Ahora, el Lugo, con tan solo 3.907 socios, debe reunir 3.031.000 € y el Mirandés, con 3.044, 2.240.600 €.
Una vez entrados en la tercera y definitiva fase de venta de acciones, en la que también los no abonados pueden participar, las expectativas no son demasiado positivas.
En Miranda de Ebro, hasta ahora, solo han sido suscritos 262.168 €, pese a que el club ha decidido que, a quién compre acciones por 300 € o más, le regalarán el abono del club para la próxima temporada.
El Lugo, por su parte, apenas ha reunido 500.000 €, aunque se presupone que tendrá mayores facilidades para culminar su proceso de transformación en SAD ya que el Concello y la Diputación de Lugo planean comprar acciones por valor de un millón y medio de euros.
Así es el fútbol, o, más bien, así son los negocios. Dos clubes viviendo un momento de máximo esplendor deportivo que se ve truncado por la obligación de convertirse en SAD.
Parece que en Miranda solo quedan dos opciones: o el club desciende por no reunir el capital o llega un inversor totalmente ajeno a la ciudad y el equipo.
En Lugo, la situación parece más tranquila gracias al apoyo de la Administración, pero, del mismo modo, una institución completamente saneada se verá obligada a “contraer una deuda” con Concello y Diputación.


(Foto: www.cdlugo.com)


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